Entre buscándome a lo más profundo del infierno en que he generado para mi, justo donde comienzan los calabozos , las salas de torturas y ataviado debidamente para la ocasión mis botas de minero mis pantalones rotos de mezclilla la camisa negra de la banda de rock que se quedo en el garage y en las manos, las herramientas básicas par mi propia tortura libros de Carlos Cuauhtemoc, fotos de mi relaciones pasadas, besos negados, abrazos inconformes, las miradas de desprecio del sexo opuesto, y las miles de llamadas no contestadas de gente a la que si le importaba, en el calabozo marcado con el número uno yace en el piso una cabellera larga, la cual solía llegar hasta mis hombros abrí la puerta para comenzar su tortura, acomodé en la mesa de rueditas metálica con la que suelo anunciar que ya estoy ahí y que es momento de que comiencen a temblar, levante lentamente la cabellera del suelo cheque que aún estuviera viva y aplique decolorante en las punta como solía hacerlo para poder pintar la puntas de mil colores, ahí comenzo el cambio no había ruido por más que la tortura duraba, desalentado por la falta de respuesta de la primera tortura me encamine a la segunda puerta bien decido a que en esta ocasión la cosa iba a cambiar en la segunda puerta agasapado entre la literas, ese mediocre que se instalo en mi vida cuando me dije enamorado, a este siempre lo dejo al final pues disfruto mucho sus lloriqueos pero hoy tenia tanta rabia que fue el segundo pues después de no oír las quejas silenciosas arremetí contra el mediocre corazón, del carrito tome unas pinzas de epilar y lentamente desprendí una de la venas que lo rodean y si por fin los gritos que tanto necesitaba oír así se darán cuenta en la otras celdas que no vengo de buenas y que si empecé de esta forma es que venia con ganas de torturar a todos y hacerlos sufrir como nunca antes, tome al mediocre y lo arroje de nueva cuenta a su celda, seguí caminando con paso firme y confiado hacia la siguiente puerta, sin embargo me detengo a observar un pequeño orificio que se ha creado en el fondo de las mazmorras esa pared que separa el infierno de lo que ustedes llaman cielo, debo resitir esta curiosidad me esta acabando no he probado el cielo y la luz verde que entra por él sigue llando a mis sentidos, es una luz que calma mi coraje aún no se que hacer...............
martes, 9 de junio de 2009
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