domingo, 31 de mayo de 2009

QUINQUÉ

Se ilumino la habitación súbitamente, los ojos se tornaron líquidos llenando las pebeteras que solían llenarse de queroseno, la insana imitación de una relación llenaba las latas de ese queroseno que solía alimentar al quinqué de nuestra habitación, convirtiose en placebo que utilice para engañar a todo aquello que me decía que seguías ahí pero se agoto y pensé que la obscuridad continuaría de manera perenne, pero me recordé viviendo en luz aún si ti y comencé a recordar que solo me bastaba para iluminarme así que abrí el empolvado baúl que en otrora tiempo había decido arrojar al mar bajar con un tanque una pala y excavar muy profundo dejando eso que fui, cuando no estabas muy lejos de mi ahora, pero ahora que se consumió la luz me alegro de la decidía de no hacerlo, creó que también me sirvió para aprender a no sepultarlo para siempre.
Al abrir el baúl encontré la música que me ha acompaño mientras conformaba mi propia experiencia entre tanto comencé a tararear las rolas en mi cabeza (aquí se podría poner Ten de Pearl Jam o cualquier rola de la misma temporalidad), y al seguir rascando en el interior encontré un frasco lleno de risas acompañado de una etiqueta que decía "el contenido de este frasco fue causado por el último churro", otro frasco que decía "lleno de dolor" este no recuerdo haberlo guardado pero igual no lo necesito me dieron otro y con dosis mas fuerte así que lo desheche, al fondo de arcón estaba una caja metálica que decía "manejese con precaución" cubierta con muchas cadenas un cando de esos que necesitas combinación para abrirla esa si no la encontré por mas que busque y busque entre todos los papeles que estaban ahí había algunos que advertían sobre la apertura, otros que decían recuerda que esto lo haces por que estas seguro, pues la curiosidad me llevó a agitar la caja, cual sería mi sorpresa al sentir miedo al hacer esto, lo siguiente fue acercármela al oído ahí a lo lejos se escuchaba mi propia voz, esto me generó a un mas un estado de incertidumbre que he guardado acá por que me genera todo esto que siento, que pretendía esconder de mi mismo con tanta vehemencia, el saber que mi voz estaba ahí me generaba una curiosidad inmensa, así que sujete fuertemente la caja y la azote en contra de piso tratando de fracturar de alguna forma el candado, con este intento no tuve suerte, tome un martillo y un cincel golpee con fuerza hasta que se reventó un eslabón al abrir la caja se prendió subitamente el quinque que alumbra la habitación, espero sin lugar a duda guardar su contenido de nueva cuenta.

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