Altos y milenarios vuelcos da la inconstante vida tantos que parecieran insumables como rampantes aves sobre la carroña que ha quedado del viejo relator que habitaba en estos rumbos, los nuevos ritos que sobre salen y las costumbres anteriores parecen lejanas y de momento ajenas a los tiempos, sin embargo cicatrizantes heridas quedan debajo de la nueva piel quien si no la que se atreva a llenar el tintero de nuevas y rusticas herramientas que permitan a este súbito escritor renacer, tomar forma y digerir lo nuevo pues lo viejo esta muy masticado pues aquí donde dejo la pluma y tintero lienzo para que si tu escoges devolverlos sepas que en esa no es tinta es sangre y la pluma es una jeringa que llenara mis venas de nuevo yo.
viernes, 27 de marzo de 2009
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