NOCHES DE AUDIO

Aquellos que pensara se dedicarían a sacar el basto excremento que según mis padres tenia en la cabeza se volverían mis compadres compinches pero aún mas que eso mi hermanos de esos que uno escoge no de los que te da la vida poco después de irnos conociendo comenzamos a tener unas noches llenas de rock de convivencia y de platicas trasnocheras trascendentales que más se podía pedir a mis ya 16 años donde las preguntas que saltan eran tratadas de ser resumidas en una cinta magnética donde la voz de los adolecentes preguntaba y respondía donde se compendia el pensamiento de vida, donde se confesaba una realidad que para ese entonces lo era un todo, donde se confesaba la primera relación sexual por que donde y con quien, donde aún sin a veces planearlo se hablaba de Dios y nos cuestionábamos acerca de él y no fue que nos volviéramos teólogos ni mucho menos eramos un trío de locos haciéndonos preguntas en ocasiones no solo era eso si que los avanzados en algún aspecto transmitían su experiencia logrando en muchas ocasiones que esto se convirtiera en una enseñanza transmutable a la experiencia del otro y así entre palabrerio y buena música transcurrieron algunas noches, entre semana se pasaba mas rápido el suplicio que en mi caso era el tener que estar en un sistema cuadrado de ordenes en el cual nunca me halle y sigo sin sentirme inmerso en este los fines de semana llegaban y desde temprano a reunirse en el parque del caracol si ahí mismo donde ahora transcurren horas de despeño y de persecución de fantasmas de ilógicos encuentros del pasado ahí entre platicas deportes pase mi adolecencía temprana y de aquí para adelante un relato de nuestras aventuras donde de no ser por escuadrón no hubieran llegado.