Anoche solo estaba ahí acostado obvio, sin ti, cuando el aire traía un sabor, así como una fragancia que no logro distinguir era tal vez ese aroma a ti o al anheló de tus manos, de el olor de tu savia
que aún desconocida para mi, esta no era una sensación nueva si no una sensación que había sostenido ya hace mucho tiempo, esta invasión al interior una alienación que dejó sórdidos todo mis sentidos neutralizo todos mis impulsos lleno mi interior de un aire nuevo que me dejó relajado como hace mucho no había sucedido es justo cuando sabes que ya estas perdido cuando fluye esta imperiosa necedad de conocerte, las noches donde la nula conectividad impide continuar con el conocimiento del ser que me llaga el interior.
viernes, 25 de enero de 2008
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